VINO Y SALUD

EL VINO MEJORA LA SALUD METABÓLICA Y PREVIENE LA OBESIDAD

Hace ya algunos años que los investigadores constataron que en países donde existe un alto consumo de vino, como Francia, Italia y España, la longevidad era mayor que en otros donde este consumo era menor o inexistente. En su momento lo denominaron como la paradoja francesa, puesto que a pesar del alto consumo de grasa y alcohol, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiacas era baja.

Lo más impresionante fue constatar las evidencias de que el consumo de vino tinto parecía proporcionar protección contra diversas patologías. Tras los estudios se comprobó que el vino contiene poderosos agentes antioxidantes, como el resveratrol que evita el daño celular, aumenta el HDL (colesterol bueno) y evita la formación de coágulos sanguíneos.

Desde entonces se han efectuado numerosos estudios para averiguar los efectos beneficiosos de esta bebida y para dilucidar si el vino blanco posee las mismas propiedades que el rojo. En ese sentido se ha podido constatar que el tinto posee mayores propiedades metabólicas, es decir que eleva más el HDL, disminuye más la adherencia de la placa, que da lugar a los trombos, y además reduce considerablemente una proteína química conocida como reactivo C, que aumenta la inflamación.

Pero lo más interesante es que últimamente investigadores alemanes han descubierto en estudios con animales, que el resveratrol, un compuesto del vino tinto, puede reducir el tamaño de las células grasas, incluso aunque se alimentaba a los roedores de la prueba con una dieta alta en grasa. Al parecer el resveratrol actúa de dos formas, por un lado reduce el tamaño de las células grasas, al tiempo que evita el crecimiento de nuevos adipocitos.

En resumen, que ese vaso, o dos, de vino tinto al día además de ofrecer efectos saludables puede ayudaros a manteneros definidos y sin grasa.